El ayuno intermitente puede ser una forma sostenible, segura y sencilla de perder peso y mejorar tu salud si se practica junto con una dieta nutritiva y un estilo de vida saludable. No obstante, el ayuno intermitente puede no ser recomable para algunas personas. En ciertas condiciones es necesario consultar a un médico antes de comenzar una rutina de ayuno intermitente.
Menores de 18 años (niños y adolescentes). El ayuno no es recomendado en periodos de crecimiento acelerado ya que, durante este periodo, las necesidades nutricionales aumentan. La alimentación restrictiva en niños puede conducir a trastornos alimentarios en la edad adulta. Además, algunos científicos y profesionales de la salud afirman que simplemente no es ético sugerir dietas para este grupo, en lugar de recomendar opciones de alimentos saludables ya que están en proceso de aprender varios hábitos alimenticios en general.
Personas que padecen trastornos alimentarios, IMC de bajo peso o trastornos alimentarios (bulimia nerviosa y anorexia nerviosa). Los adultos con trastornos de la alimentación o desórdenes alimenticios reportaron comportamientos de restricción dietética en mayor proporción, entre los cuales se incluyen: comer menos comidas por día y una mayor frecuencia de ayunos con consumos pequeños de comidas bajas en calorías. El ayuno intermitente podría desencadenar una recurrencia en dicho comportamiento o una recaída de los viejos desórdenes alimenticios.
Personas con trastornos renales. Los ayunos más largos pueden aumentar potencialmente el riesgo de daño renal en aquellos que ya padecen de una enfermedad renal. Lo más probable es que esto se deba a que el ayuno prolongado puede conducir a la depleción de volumen, lo que puede afectar la función renal. Aquellas personas que padecían enfermedad renal en etapa 3 o superior reportaron un empeoramiento de su salud, un peor desempeño de la función, falla renal aguda, insuficiencia renal aguda y mayor riesgo de enfermedades cardíacas cuando ayunaban.
Personas que padecen hipotiroidismo y anomalías tiroideas. El ayuno intermitente está permitido para este grupo de personas, sin embargo deben consultar a un médico acerca de los posibles ajustes de medicamentos para estas enfermedades durante el ayuno intermitente.
Personas con diabetes. Los ajustes importantes en los patrones de alimentación podrían provocar cambios en los niveles de azúcar en la sangre. Si se usan ciertos medicamentos o insulina adicional, comer mucho menos de lo normal o ayunar puede causar una caída significativa del azúcar en la sangre, también conocida como hipoglucemia. Si ocurre un aumento del hambre después de que finaliza el periodo de ayuno, también existe la posibilidad de consumir más alimentos de lo normal, lo que posiblemente podría causar un aumento de los niveles de azúcar en la sangre, también conocido como hiperglucemia. Además, ayunar por un período más largo de tiempo puede causar cetoacidosis diabética, que ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina para mover el azúcar en la sangre a las células para usarla como energía. El hígado responde produciendo demasiadas cetonas, las cuales se acumulan en el cuerpo y dañan los riñones o incluso pueden causar inflamación del cerebro.
Mujeres lactantes/embarazadas. Durante el periodo de ayuno, se genera un déficit de los nutrientes necesarios para que el cuerpo produzca una cantidad adecuada de leche materna. Esta es la razón por la cual la producción de leche materna puede suprimirse durante el ayuno. Además, los estudios sugieren que el ayuno no necesariamente afecta los macronutrientes de la leche materna, pero afecta significativamente algunos micronutrientes, como el potasio, el hierro, el yodo y la vitamina B12. Cuando se trata de ayunar durante el embarazo, esta práctica podría conducir a una disminución del peso de un niño al nacer y un impacto negativo significativo en el crecimiento fetal general, así como en los índices de nacimiento.